jueves, 23 de octubre de 2008

Apesar de você (por Marisol González)

La crisis ya es mundial. Siempre lo fue, en distintas medidas, desde el siglo pasado, cada vez que a Estados Unidos no le cerraban los números. Esto implica, para los países afectados, un replanteo de su lugar en varios niveles, buscando las estrategias que reduzcan al máximo posible los impactos de la debacle financiera.
Es por esto que en la Casa Rosada toman medidas espiando al otro lado del tapial. Las decisiones que se dibujan en borrador y sin apretar mucho el lápiz tratan de atender a las demandas de los actores que requieren de la estabilidad interna pero sobre todo se llevan adelante teniendo en cuenta qué hace el hermano verdeamarelho. Es que en la economía argentina no se pueden disociar los planos doméstico y externo, ya que, a esta altura, es una perogrullada: el primero depende casi exclusivamente del segundo.
Desde la reactivación económica post 2001 las relaciones con Brasil han recobrado importancia. El país vecino absorbe un alto porcentaje de las exportaciones argentinas, pero, a su vez, coloca sus productos en la plaza local, provocando una desventaja en la balanza comercial para Argentina, aunque la distancia no parecía ser demasiado profunda meses atrás. Hoy la importancia de esa relación está más centrada en las medidas que tomen desde el Planalto. Varios Fernández argentinos están pendientes del comportamiento del real, porque algunos puntos más de depreciación de esta divisa traerían problemas para el sostenimiento de la competitividad local. Como se sabe, el Banco Central argentino inyecta meticulosamente dólares día a día para evitar que aumente el tipo de cambio. La devaluación ya no es un lujo, no puede ser la salida fácil. Por algún motivo, recién ahora empiezan a preocuparle a quienes rumbean el país las consecuencias inflacionarias de tal intervención.
Habría que evaluar hasta qué punto la intención de las dirigencias regionales es enfrentar la crisis en conjunto. Los países latinoamericanos tienden a ser catalogados bajo las mismas etiquetas –países periféricos, emergentes, socialismos del siglo XXI- suponiendo que hay algún aura común que los unifica. La crisis es una buena oportunidad para demostrar esa unidad, aunque escasean señales. Hace dos semanas que las cancillerías amagan con un encuentro entre presidentes, o a lo sumo, ministros de economía, en el marco del MERCOSUR, y que al parecer se concretaría recién la próxima semana, aunque como declaró el canciller chileno, Alejandro Foxley, la reunión servirá más como un intercambio de informaciones entre los países miembros del bloque económico ante la crisis financiera global de que una oportunidad para tomar decisiones en conjunto.
Mientras tanto, cada uno va forjando sus propias soluciones, en función de los objetivos internos. Tanto en Argentina como en Brasil se acercan años electorales y nadie sabe hasta cuándo se pueden prolongar los efectos del sismo. Argentina está llevando adelante una operación aduanera para evitar la entrada indiscriminada de productos que puedan inundar el mercado y perjudicar así la producción local. Entre esos productos se encuentra una larga lista de artículos provenientes de Brasil. Por el contrario, el ministro de Economía de Brasil, Guido Mantega, se manifestó en contra de la idea de aumentar cualquier tipo de arancel, tanto dentro como fuera del bloque.
El discurso oficial se regocija defendiendo la intervención del estado en la economía, pero solo actúa desde la matriz más liberal: cuando el pronóstico anuncia crisis y tormentas, protege mercados, en la estabilidad soleada no ejecuta planes integrales que beneficien a la producción ni promuevan el fortalecimiento del mercado interno. La nueva crisis que deberá enfrentar el gobierno, a diferencia de unos meses atrás, suma un nuevo desafío porque involucra actores que no están atados a su voluntad y espacios de acción y decisión que no están a su alcance.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Sol,me parecieron muy buenos los temas que tocaste.En primer lugar la conexion que se da hoy entre los paises en cuanto a la economia financiera, y al estar pendiente sobre los demas y sus acciones. Y el segundo, sin duda imprtante, la necesidad de enfrentar prolemas en bloque de paises,caso mercosur, teniendo en cuenta como vos decis la estrecha union economica que nos une con Brasil. Sin duda ideas o medidas que se establezcan bajo un gran consenso de paises tendran un mayor efecto positivo, que aquellas medidas que busquen que cada uno de los paises logre salvarse a si mismo.
Saludos!

Noel dijo...

Sol como ya te lo he dicho con anterioridad. Me pareció muy bueno tu enfoque... y a cuenta del comentario que hice en mi Texto... coincido que la salida esta en lo regional.

Unknown dijo...

Chicos, gracias por sus apreciaciones, lo único que quería aclarar -que me hicieron notar que no está explícito- es que, si bien creo que en conjunto la capacidad de acción es mayor, no veo iniciativas palpables y decisivas con respecto a esto. ¿Qué respuesta dió el Mercosur como bloque a la crisis? ¿Alguien se enteró de los resultados de esta mera reunión informativa? Al menos en el caso de Argentina y Brasil, no se termina de despegar de una cuestión discursiva, de la "hermandad" latinoamericana, etc.
Digo, sirve para poner en cuestión también la participación de Argentina en espacios multilaterales y su efectividad, como también qué tan fraternales son los lazos con nuestros vecinos.
Eso es todo,
Sol

Anónimo dijo...

Estaba leyendo esta tarde el diario digital crítica y leo las declaraciones d eLula en el G-20: me acordé de vos, Sol. Para complicar aun más la cuestión, Lula dijo: Brasil cree que los países deben evitar la tentación de usar el proteccionismo financiero y comercial como artificio para superar la crisis. Es necesario mas integración, más comercio, menos distorsiones y menos proteccionismo".

Saludetes,
Magda