viernes, 24 de octubre de 2008

Mensaje Equívoco (por Guillermina Belavi)

A raíz de la crisis financiera global Bush dijo: “Debemos resistir la peligrosa tentación del aislamiento económico y continuar con las políticas de libre mercado, que han elevado los estándares de vida y ayudado a millones de personas a escapar de la pobreza en todo el mundo.”
Este párrafo me recuerda un apunte de Economía II que trataba sobre el rol del Estado en la economía y la conveniencia de dejar que los Mercados funcionen sin intervención. “(Sólo) las acciones que involucran bienes públicos y corrección de imperfecciones requieren del Estado, debido a que el sector privado no las desarrollaría por sí mismo, por ejemplo, el gasto en educación básica, la superación de la pobreza extrema y la protección ambiental .Otras acciones, en cambio, no deberían corresponderle al gobierno, por ejemplo, emprender actividades de producción o proteger artificialmente la producción interna de un bien que puede ser importado a un precio más bajo.”
Hasta teóricos liberales sostienen que “imperfecciones del Mercado” generan pobreza, aunque el Estado debe sólo intervenir cuando ésta es extrema… pensarán que de otra manera para qué intervenir, después de todo pobres hubo siempre… Estas palabras ya me hacen un nudo en la garganta, pero lamentablemente las he escuchado. Ahora, leo por primera vez que el liberalismo ayudó a millones de personas a escapar de la pobreza.
¿Y la protección ambiental? “La crisis financiera amenaza el combate al calentamiento global”, dice un artículo del domingo pasado. No es el momento idóneo para nuevos impuestos al consumo de combustibles fósiles, parece que en este momento no tiene sentido pedirles a las compañías que hagan un sacrificio tan grande… También parece que el liberalismo puede destruir el mundo tranquilo que es papel del Estado ocuparse de estos problemas.
Los gastos en educación básica seguramente corren una suerte mejor, a menos que aplicar políticas liberales lleve a medidas como las del gobierno porteño que suspendió la entrega de últiles escolares a chicos de bajos recursos.
Definitivamente el liberalismo que promueve Bush no lleva adelante este tipo de intervenciones, pero a esta altura ya nadie puede negar que el Estado estadounidense sea un estado que interviene. ¿Cómo se reproduciría el capital sin su ayuda? ¿cómo se sobreviviría a estas crisis? El Estado y la economía capitalista, amigos desde los primeros tiempos, no han roto todavía sus relaciones aunque el discurso dominante busque ocultarlas y aunque Estados Unidos grite a los cuatro vientos “haz lo que yo digo y no lo que yo hago”.
De todas maneras creo que son varios los que a esta altura de la crisis leen casi entre risas que es “una gran vergüenza” para Wall Street la propuesta de estatización de los fondos privados de pensión en la Argentina.
Para terminar, quisiera reconocer que el presidente Bush fue sincero en algún momento de su mandato. El 2 de marzo de 2001 en un discurso en la jura de Ann Veneran como secretaria de Estado de Agricultura el presidente ¿del país más poderoso de la tierra? dijo: “Ann y yo llevaremos este mensaje equívoco al mundo: los mercados deben ser abiertos.”

2 comentarios:

Sr. Thompson dijo...

¿No es fascinante el continuo chantaje social de los discursos dominantes? Si a EE.UU., Europa y Asía les va bien, hay que complacerlos en todo para que tengan la bondad de invertir en nuestra región y comprar nuestras materias primas, y si les va "mal", no hay que reprocharles nada porque si se enojan que Dios se ampare de nosotros. En el palno interno, pasa lo mismo. Los "biólogos" económicos hablan de mercados como si fuesen tormentas sobre las cuales no se tiene ningún control y no de afirmaciones de la voluntad de los mismos tipos que dicen que el mercado está intranquilo. Entonces, si no queremos ponerlos de mal mal humor y, así, llevarlos a generar profesías apocalípticas hay que satisfacerlos en todo. "Si no haces lo que te digo, vendo todo y me voy..., y si por hacerme caso nos vamos por el inodoro, vos te tenes que hacer responsable, yo sólo soy un bien intencionado capitalista".

Anónimo dijo...

Guille, creo que tu artículo tiene dos virtudes: destaca cómo el discurso liberal pretende ocultar los efectos que provoca la doctrina del "libre mercado", y cómo seguimos aprendiendo, incluso dentro de la facultad, que el capitalismo ha resuelto el problema de la eficacia en la producción, pero le falta ser eficiente en la distribución de lo generado. Un pequeño detalle a ser resuelto pronto... creo que ni bien se acabe la población excedente. Bastante preocupante todo.
Muy interesante tu intervención,
SILVIO.